La capacidad auditiva de los animales es mucho mayor que la nuestra, esto les hace más vulnerables a los ruidos, sobre todo a los muy altos y abruptos. Hablando en concreto de las aves, aunque es válido para todos los animales, además de los daños en su sistema auditivo que pueden acarrear este tipo de sonidos, el susto que reciben es tan grande que sufren taquicardias e incluso infartos que acaban con su vida.

Otro de los efectos que se ha observado es la desorientación, muchas aves emprenden un vuelo sin rumbo y a toda prisa tratando de huir de ese ruido, para ellas atronador, que junto con el olor del humo les sugiere que se encuentran ante una amenaza. En esta carrera por ponerse a salvo, se alejan tanto del espacio que habitan, que después, debido a la desorientación, no saben regresar… Esto tiene como efecto, que si ocurre durante la época de cría, los nidos se quedan abandonados y los huevos y/o las crías desprotegidos, lo que pone en gran riesgo su supervivencia. Por otro lado, en esta huida desesperada y repentina, también son numerosas las aves que chocan con edificios u otros obstáculos, quedando heridas o muriendo como consecuencia del impacto.

Desde diferentes Colegios Oficiales de Veterinarios se han hecho llamamientos para concienciar a la población y promover la búsqueda de soluciones que mantengan un equilibrio respetuoso entre la diversión y el medio natural y su fauna. Así como por ejemplo el uso de nuevos artículos pirotécnicos con menor impacto sonoro.

Los fuegos artificiales de Nochevieja dejan un reguero de pájaros muertos en el centro de Roma https://t.co/ndimNniEjg

— 20minutos.es (@20m) January 1, 2021